NAVIDAD ES ENCUENTRO
La Navidad se acerca y con ella tu regreso a casa, la Navidad puede por lo visto duplicarse a si misma. Feliz descubrimiento. Eres mi Navidad cada día del año, porque Navidad es encuentro con Dios en el otro, comunión. Dios en ti es, amor esa bondad que acaricia cuando miras, la determinación con la que elijes lo que elijes y la fuerza con la que eres capaz de dejar de lado lo que te dispersaría. Dios en ti es tu alegría y es tu empeño en aumentar tu paciencia y mejorar tu disciplina. Es todo lo que llegarás a ser y yo ni siquiera sueño, porque no llego, ni de puntillas. Es todo lo que llegaré a ser y no imagino; es misterio, camino, celebración, pasión por la vida.
Navidad es encuentro, entre los sabios y el faro en el cielo, entre Dios y el hombre a través de sus profetas y a través de los corazones; celebrar el nacimiento de Jesús es celebrar el puente tendido, la mano que obsequia, la gracia que no merecemos y sin embargo nos permea. Encuentro es todo puente que tendemos, toda apertura que nos hace fecundos, es el amor que nos da alas y nos vuelve locamente valientes. Encuentro eres tu, la Navidad se duplica a si misma…
Nace Jesús y me pregunto ¿Cómo sería el embrazo si cada pareja sintiera que recibe a un alma que viaja hacia Dios? ¿Cómo seria la vida si un buen día dejáramos de preguntarnos quienes somos y aceptáramos que somos nada menos que hijos de Dios? ¿Seria posible sentir que un hijo nos pertenece si sintiéramos que viene de Dios? ¿Sería posible sentir que un novio, una esposa o cualquiera nos pertenece? ¿Sería posible tratarnos mal?
¿Cómo sería el sistema educativo si recordáramos que cada niño tiene una luz única, original que debe descubrir y desplegar? ¿Cómo acompañaríamos sus pasos si recordáramos que caminan hacia su alma? ¿Les intentaríamos convertir en piezas iguales de una maquinaria que tritura sueños y borra del mapa la confianza? ¿Permitiríamos que esa misma maquinaria nos siga haciendo lo mismo a nosotros perpetuando el sinsentido?
No es posible confiar en uno mismo si uno se pasa el día corriendo y temiendo equivocarse, deseando cumplir con lo que se exige, para quizás con suerte ser amado, o al menos reconocido. Es al revés, uno es amado sin más, y así ( y sólo así) uno se encuentra, se expande y da la luz que vino a dar.
Quizás la Navidad sea más el tiempo de encontrar lo verdadero en uno, y así en todos, que el de comer lo que no necesitamos y gastar lo que no tenemos, para impresionar a quien no conocemos y cumplir con lo que no nos construye.
Quizás si nos dejamos tocar por la belleza de un arbolito, la sonrisa de un niño o las luces encendiendo de alegría la plaza, podamos sentirla. Está en todas partes todo el año, para quien ve a Dios en todas partes todo el año, pero en Diciembre invita de mil formas. Invita en el hijo que pide ser escuchado, en el amigo que no pide ayuda por no molestar, en el amor que podrías sentir si no temieras tanto, y el que podrías expresar si no estuvieras tan asustado. Esta presente de mil formas, en la belleza de los sentimientos cuando son cultivados, en la fuerza de la voluntad cuando nos consagramos, en la generosidad que da a la vida su verdadero sentido cuando por fin, abrimos el corazón y damos.
Eres mi Navidad cada día del año…