EL PSICOLOGO

Hay muchas formas de entender el rol de psicólogo y muchas escuelas, en mi opinión si bien las herramientas importan y la formación académica importa, lo que de verdad es crucial es la profundidad de la consciencia, en otras palabras la profundidad del amor

Lo que hemos encarnado tiene poder magnético y es registrado por el campo emocional de los demás, en el lenguaje no verbal, en el sentir, en el efecto. Lo que se sustenta en la experiencia lleva al encuentro.

El amor del psicoterapeuta no tiene nada que ver con palabras cariñosas, o sonrisas, el amor es capacidad de ver en profundidad, es sabiduría, es optimismo para emprender el viaje cueste lo que cueste. Es una valentía contagiosa capaz de liberar a su paciente de autoengaños,  excusas,  temores y resistencias.

La confianza es la medicina esencial. La confianza abre nuestro corazón, un corazón abierto transmuta todas las emociones. El trabajo es sobre nuestras emociones desde lo inferior: las pulsiones, pasando a las emociones, llegando a los sentimientos y de allí a virtudes y motivaciones. Si nuestras emociones se transforman y se elevan, nuestras acciones, hábitos  y metas también lo harán. Cuando eso ocurre, pasamos de ser nuestro peor enemigo, a ser nuestro mejor aliado.