La sincronía de estas 24 hs merece ser registrada. Dos personas me llamaron hoy a la salida del sol.  Una de ellas es una paciente que se separa de su marido drogadicto reincidente ( aterrorizada de saber que pidió el alta en la clínica y viaja hacia Mallorca).  Debía decidir si interponer demanda de divorcio y activar la orden de alejamiento. La otra es un amigo del alma, un compañero de camino, también está dejando atrás ciertas inercias. Ayer pasé la tarde con una amiga querida, lleva 26 años casada y se divorcia; el marido aun no lo sabe. Los tres viven lo mismo con distinta nota. Para ellos y para todo el que esté atravesando un gigantesco cambio, van estos versos…

GIRANDO EL BUQUE

Hoy me llamas a la salida del sol.
Las olas curvan sus cuellos
con sus crines blancas al viento.

La vida me concede
llevar aceite al faro
que orienta tu nave.

Siento que ya no te desvía la tormenta,
emerge con el sol
la claridad adentro.

Tu cansancio
se transforma en tu guardián
y tu dolor te salva.

Subirás al puente de mando
y girarás el buque
sin esperar a que amaine.

Sabes que es parando motores,
deteniendo la inercia
y girando,
como amainará.

El punto en que cambia el sentido,
es el mejor lugar del Universo.

Con cada viajero
que se orienta al centro,
el núcleo
adquiere mayor
poder magnético.

No es distinto ir hacia ti,
que ir hacia el Amor.

No es distinto ir hacia el Amor,
que viajar al centro
desde el se creó
el Universo.

No es distinto amarse de servir,
ni el Universo del Creador;
ni es distinto el Big Bang
de este instante en el tiempo.

Contigo girando hoy el buque,
el Amor mismo adquiere mayor poder magnético.