Somos dos, todos nosotros, el que observa y el que es observado, el que está más allá de la forma y el que va adquiriendo roles y formas cambiantes, ahora joven, ahora cincuentón; ahora soltero, ahora casado, divorciado quizás después… Pareja mejor o peor avenida, esos dos en nosotros dialogan, hacen tratos, se amoldan o se dan la espalda, de nosotros depende.

Hoy he decidido renovar uno de mis votos, una promesa a esa parte de mi que sabe tanto más que yo, y me observa con tan infinita paciencia. El voto de no distraerme. No llevo la cuenta, no se cuantas veces lo he renovado… No se bien si lo quiebro o lo re defino, prefiero pensar que lo re defino…

No distraerse, es no pasar atareado por la plaza sin ver la fuente, no perderse los gorriones bebiendo, observar al regordete que se baña y disfrutar de cómo se seca un ala con esmero, es quedarse viendo a ese rayo de sol hacendoso, que desenreda la caballera del sauce con mimo y besar el cielo.

No distraerse es no estar a todo, porque ser un pulpo es la mejor forma de perderse, de hacer sin presencia plena, de correr sin final de carretera, de pasar sin que el corazón se quede.

No distraerse es ser muy consciente del cuerpo, saberlo valioso, conocer sus límites y tratarlo con respeto. Es no excederse en los excesos, no excusarse en los no puedo, no delegar en los médicos la salud, responsabilizarse de ella por completo, saberla tesoro que sólo la prevención conserva.

No distraerse es recordar a que vinimos, vinimos a dar lo mejor de nosotros a todo y todos, vinimos al encuentro, a completarnos en el otro, a que el otro nos complete; a esa forma de crecer le llamamos amor; por tanto vinimos a viajar del amor al Amor.

Renovar voto, de no distraerse es renovar voto de amar, que es recordar que vinimos a ser regalo. Si no somos amables estamos robando nuestra amabilidad a todo el que se cruza por nuestro paso. Si escatimamos nuestro tiempo a la intimidad, habrá menos amor en nuestro tiempo. Si no agradecemos lo bueno y lo malo, no poseeremos lo bueno y no aprenderemos de lo malo. Si no colaboramos con la vida, ofrendándonos a servir, la vida no va a colaborar con nosotros.

Renovar voto, es recordar que no sabemos nada, que todo puede cambiar, lo comprendamos o no, lo veamos justo o no, y enfocarse. Enfocarse quizá sea recordar que comprender es la esencia de amar, y amar es la esencia de comprender.

Comprender al otro y comprenderse, 
respirar hondo cuando la comprensión se hace esperar, 
respirar y respirar, 
y sazonar la espera con paciencia. 
La paciencia siempre vence.

Renovar voto, es no pasar por la plaza, sin ver la fuente.