Navidad es valentía a toda prueba, el coraje ilimitado de amar y amar, hasta lo inconcebible. Nacer conociendo el final, aceptando el cáliz, la humillación, el beso del traidor, la traición, la agonía, la cruz, y aún así vivir segundo a segundo, siendo alegría; demostrando segundo a segundo, que el amor, no tiene rival que se le mida.
Navidad es la valentía de dejar las redes, la familia, lo conocido, para seguir a Jesús.
Navidad es el Si de María.
Navidad somos tú y yo, cuando amamos haciendo nuestra la valentía. La hacemos nuestra y nos eleva; nos hace suyos, nos transforma. Nos lleva, a donde no hubiéramos ido…
Si, Navidad es el valor inconcebible de amar, que expone el corazón entero y renueva entero el corazón.
Valentía es el coraje de ser el que uno es, de vivir por tus principios, de no negarte para conservar algo, no callar para agradar, no renunciar por no fracasar, no ser menos. No quedarte en el raquítico temor, ese sombrío calabozo del olvido.
Navidad es valentía,
el salvaje coraje de amar la vida.
Es gracias a la valentía, que damos el paso
dando el paso, se hace el camino
cuando damos el paso, Dios,
Aquel que nos envió a Su Hijo,
crea el camino.
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