Hay 13 lunas llenas en cada año y 12 signos, este año es Aries el signo con doble luna llena. En Aries se da también la siembra de todo el año y se sugiere reflexionar en la enseñanza del Maestro Morya o simplemente en la Voluntad.
Adjuntamos un texto sobre la Fuerza de Voluntad que podría ser es una adecuada reflexión para este período del año. En Aries y en Escorpio el regente es Marte y podemos con la debida orientación, aumentar nuestra Voluntad, la fuerza que en nosotros vence obstáculos y permite la realización.
Casi podríamos decir que un pensamiento semilla para estos días de Pascua podría ser: “Que la fuerza que vence los obstáculos y nos permite avanzar en el Sendero, esté con todos nosotros, y podamos cumplir nuestra parte”.
FECHAS
21 de marzo 2019 : Primera Luna Llena de Aries – 09.21 CET
16, 17 y 18 de Abril – Tres dias preparatorios para el Plenilunio – Tres días preparatorios para la Luna Llena. Meditar en las energías de restauración, la resurrección, la vida de Cristo, el Plan, la voluntad.
19 de Abril – SEGUNDA LUNA LLENA DE ARIES – FESTIVAL DE LA RESURRECCIÓN – Este y no el anterior Plenilunio es el Festival de Resurrección ya que este es posterior a la Luna Nueva de Aries. Ocurre a las 13.12 CET
20, 21 y 22 de Abril – Días de importancia para observar la primera fase de integración de la energía.
NOTA – El proceso iniciado EN ESTA LUNA LLENA toma varias semanas, incluye el trabajo con la Segunda Luna Llena Mayor en Mayo y la exteriorización de la energía como Buena Voluntad en la Luna Llena de Géminis, en Junio.
ALEGATO POR LA FUERZA
La verdadera fuerza está hermanada con la grandeza. Nada tiene que ver con la violencia, el territorialismo, el afán de dominar o el de poseer. Nada. Estas son cuatro de las grandes debilidades del ser humano. Debilidades que hacen pequeño o incluso peligroso, al que las tiene. Debilidades que son fuente de sufrimiento.
Veamos las debilidades que en ocasiones confundimos con la fuerza. La violencia se vincula a la ira y el miedo. El territorialismo, el afán de poseer y el de acumular se relacionan con la codicia, el apego y la gula. El deseo de dominar se sustenta en la competitividad, el simple instinto primitivo y la compensación del complejo de inferioridad. Todo ello tan lejano a la verdadera fuerza, como lejano es el pantano a la montaña.
Fuerza es capacidad de sobreponerse, de vencer una resistencia. Todo proceso de evolución, desarrollo y refinamiento tienen como condición vencer una resistencia. La mariposa debe desplegar con arduo esfuerzo las alas hasta romper la crisálida, los polluelos deben llegar a perforar la cáscara del huevo y la semilla debe abrirse camino en la tierra. No hay alas, ni flores, virtudes, ni dones, que no sean hijos de una fuerza aplicada en la dirección correcta, el tiempo necesario.
EL CAMINO A LA LUZ
Es un camino interior con muchas batallas. Hay que vencer impedimentos, como la rabia, la posesividad, el egoísmo, la envidia, la vanidad, la avaricia, los prejuicios o el orgullo. Hay que alcanzar la otra orilla, ir más allá de nuestras dependencias, nuestros miedos, nuestros hábitos no constructivos, nuestra pereza, nuestra tendencia a negar, evadirnos, repetirnos… El camino es arduo, sin embargo es espléndido. Sólo este camino conduce a la paz y el amor. Sólo este camino nos permite ser instrumentos del bien. Solo siendo instrumentos del bien vivimos la plenitud.
Dejemos de separar paz de fuerza. La paz no es ausencia de conflicto, es capacidad de gestionarlo desde le centro. Requiere confrontar lo injusto, a tiempo y en correcta medida. Es sinónimo de estabilidad y templanza. Requiere fuerza.
Dejemos de separar amor de fuerza. Amor no es romanticismo, ni querer al que nos quiere, ni mucho menos depender del que nos da. La purificación necesaria para amar bien, amar en el dolor, amar en la adversidad, requiere enorme fuerza.
La fuerza aplicada con discernimiento y sabiduría, lo purifica todo.
Lo embellece todo.
Lo puede todo.
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