TRES PILARES
La psicoterapia es un encuentro, un proceso de autoconocimiento que lleva al autogobierno, y un viaje a la libertad.
Un encuentro
Es un diálogo íntimo y rítmico con alguien que se compromete a acompañar para transformar las actitudes y creencias destructivas en actitudes y creencias sanas, acompañar para que lo que parecía imposible sea posible. Encuentro es comunicación profunda, la comunicación con el psicoterapeuta tiene como base una sólida confianza, la que sólo puede darse si uno se siente aceptado y entendido. Esto permite al paciente mejorar la comunicación consigo mismo, darse permiso a equivocarse, a no saber, a hablar de aquello que le duele o le avergüenza, para hacer las paces con su historia.
Los dolores que uno supera le hacen más fuerte,
los bloqueos que sana le hacen más íntegro,
las dependencias que supera le hacen más libre.
Un proceso de autoconocimiento y autogobierno
Sólo quien se conoce adquiere poder sobre su vida, sólo quien es dueño de sí puede ser dueño de sus circunstancias. Aspirar a ser dueños de nuestras circunstancias no debería ser considerado utópico. Podemos dejar de ser llevados de aquí para allá por los eventos, podemos ser un barco que mantiene el rumbo aunque cambie el viento, podemos tener timón y orientar las velas. Una visión que se ha ampliado y descondicionado da ese timón.
Un viaje a la libertad
Se libera quien aprende. Aprender es establecer una relación íntima con la vida, un diálogo con ella; no aprender es vivir de espaldas a ella. Aprender supone aceptar que no sabemos, sabiendo que aprenderemos. Saber que aprenderemos es un gozo, una aventura. Negarse a aprender lleva al vacío existencial, es posible tener alrededor cosas y personas y sentir vacío, el vacío no es vacío de cosas, siempre es vacío de sentido. Huir lleva al vacío, negar lleva al vacío, el orgullo lleva al vacío. Sólo se encuentra con la vida quien se encuentra consigo mismo y sólo se encuentra consigo mismo quien tiene la actitud abierta, humilde y valiente del aprendiz.