Para B.
Feliz Navidad
Te ocupas de todas las personas y las cosas
te sobra fuerza
y no estás sola,
a tu lado camina la esperanza
de llegar tener tiempo para ti.
Te vuelves más eficaz,aumentan las tareas cumplidas,
sin embargo no aparece…
no llega el tiempo para ti.
Los años pasan
la esperanza está debilitada
no camina,
no saluda, no sugiere,
se ha quedado arrinconada.
Ya no sueñas que llegue el tiempo de escucharte,
reconocer tus necesidades
y declararlas esenciales.
No alimentas tu hoguera
con leños de auto cuidado,
ramas de amabilidad,
piñas de alegría.
Tu luz se va apagando.
En sus últimos destellos
una brasa rueda hasta el rincón
donde espera la esperanza.
Vas.
Escuchas como se escucha al borde del abismo,
con valentía infinita
y humildad amorosa.
Permites que ponga tu vida del revés.
Te dices “No es eficacia estar a todo abandonándome,
es abandono”.
Afirmas “No es egoísmo alimentar mi luz,es amor”.
Permites que los conceptos que creías del derecho
se inviertan
y aterricen en sus pies…
Con tu vida del revéste declaras importante.
Decretas “Cuidarme es un derecho”.
Descubres “Nutrir mi luz… es un romance”.
El alma no sabe de impedimentos, he sido testigo de como este proceso se da incluso en condiciones adversas. Quiero creer que este tiempo de cambio colectivo sin igual en la historia de la humanidad, será un nacimiento a la luz del alma para miles. ¿Hacemos de ello nuestra oración de Navidad?
“La brasa rodando hasta el rincón de la esperanza”, es una invitación radical a acercarse a ella. La esperanza vista desde el ego es la expectativa de que en un futuro todo se arregle; PERO vista desde el alma, es la espera amorosa a que el ego colabore y se transfigure.
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